Viviendo uno de los mejores momentos de mi vida, estando entre grandes cambios a nivel personal y profesional un día común y corriente, alcancé a escuchar a Miguel decir: “Melissa te puede ayudar. Dile que te de una terapia angelical”.

Y fue entonces cuando el miedo me paralizó y a la vez sentía en mi ser unas fuerzas indescriptibles que me mueven a creer en mí y escuchar a mis ángeles. Así me lancé a atender amigos y personas referidas, con la certeza que haciendo algo diferente y dirigida por mis guías espirituales podría lograr un cambio en las personas. De tal modo comencé a concientizar a los demás a retomar su relación con su ángel de la Guarda.

Y justo viviendo todo esto, comenzaron a llegar grandes maestros para tejer enseñanzas y experiencias en mi alma. La lista es extensa, inicié con procesos muy dolorosos y profundos conmigo misma, que recorren desde el perdonar a mi padre por suicidarse. Y le sigue, el perdonarme por tener un primer matrimonio fallido dentro de una familia conservadora por creencias religiosas y hasta por vivir “la vida loca” en cierta manera. De ahí en adelante, se destaparon las señales divinas de los ángeles y se me presentaron oportunidades una tras otra. Oportunidades como fue la de conocer y estudiar el cuerpo en la escuela de masaje Puerto Rico Massage & Bodywork Institute, el cerebro en el instituto Upledger donde aprendí la Terapia Craneosacral, la mente por las tantas lecturas que llegan a mi (cada vez que estoy lista), completar mi certificación en México como Terapeuta de Sanación Arcangelical (TSA) y Terapeuta Medium Arcangelical (TMA) con Tania Karam y formación en la tanatología y espiritualidad de forma autodidacta, entre otras más. Mi mayor formación proviene de casa una de las personas que han llegado a mi y han abrazado mi ayuda y la de sus ángeles. Porque a la par con ellos, he ido aprendiendo y desarrollando cada vez más mis dones y talentos que de otra manera no podría desarrollar, sino es poniéndolos a su disposición. Siento que al expandir mi luz y ponerla al servicio de la humanidad, es Dios quién me otorga más y más ángeles.

Siempre resalto que mi práctica como Coach Angelical me apasiona,  una sensación que cada vez cobra mayor intensidad en mi. Y no es para menos al ver tantos milagros suceder cerca de mi. Soy fiel creyente en que cada persona tiene un propósito de vida y se que respondo al llamado que me hicieron los ángeles cuando un día me despertaron los querubines para moverme a comenzar esta labor sobrepasando las barreras de algunas creencias y religiones.  Mi misión es llevar el mensaje de los ángeles a todo el mundo y motivar a las personas a reconectar con sus ángeles a través de sus señales. Vivo agradecida porque estoy sumergida en una práctica que resuena con salud y bienestar entre ángeles y guías sanadores. Pero mejor aún, es que se alinea con mi llamado y propósito divino.